sábado, 30 de enero de 2021

AVES.

Muchas veces me peguntan el porqué de mi admiración hacia las aves.

Y ¿qué es lo que no me puede gustar de ellas? Reúnen toda la ternura y belleza de este planeta.

Y dime, si no quién podría dar color y música a una arboleda, a un triste balcón, a una melancólica parada de metro, a un viejo banco, a un romántico mirador. Solo pueden ser ellas.

Tras su vivo, tenue, colorido, sórdido, suave plumaje mantienen el brillo de la vida.

Son el modelo que deberíamos seguir. Sin embargo, para muchos, aquellos tantos centrados en obtener el triunfo y manejar "su tierra", se les ha olvidado alzar su vista hacia el pleno y azul cielo. Es desde allí donde esas almas desnudas desplegando sus alas, muestran infinidad de veces su gran paciencia y fuerza por sobrevivir en un mundo que ignora su existencia. No hay nada peor que luchar con quienes no quieren (re)conocerte.

Y es que, sencillamente no las admiro, las amo. Ojalá algún día ser una de ellas ya que ver desde lo más alto del cielo nuestro furioso mar podría ser posible. Ser, por y desde siempre libre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario