Como todos sabéis estos últimos días se armó un gran revuelo
por la nueva actualización de WhatsApp, donde después de actualizar esta app te
parecía al abrirla este cartel:
“¿Cómo elijo no compartir la información de mi cuenta para
mejorar mi experiencia respecto a los productos y publicidad en Facebook?”
Con un enorme botón en verde que decía “ACEPTAR”
Como es de esperar muchas personas aceptaron sin saber lo
que esto suponía. Como me pasó a mí, que tenía que mandar un mensaje urgente y
ni leí el cartel, simplemente acepté.Esa misma mañana vi en el periódico lo que pasaba, y me pareció extraño que a mí no me saliera el cartel. Después de leer miles de comentarios comprobé que ya le había dado a aceptar inconscientemente.
Esta es uno de tantos engaños a los que estamos sometidos, inconscientemente nos hace dar datos que parecen no tener importancia pero que nos invaden nuestra privacidad.
Esta ha sido una muestra de que en internet dejamos una huella imborrable, de que no somos dueños de nada de lo que compartimos en la red y de todos los peligros que conlleva eso. Nuestros datos son el petróleo de internet y dependen de las multinacionales tecnológicas.
Siempre han dicho que la información da poder y en este caso no iba a ser diferente.
Nuestros datos, abren la puerta a nuestra querida amiga, la publicidad. Existe un próspero negocio donde nuestros datos, aquellos que entregamos sin apenas pensarlo dos veces, son oro.
El país aventajado donde se esconden la mayor parte de
nuestros datos es Estados Unidos.
WhatsApp gana más dinero cuantos más inversores tenga, y los inversores ganan dinero cuanto más famoso sea el servicio, en este caso, cuantos más usuarios tenga WhatsApp. Aunque esto no deja de ser una inversión.
Los fondos de inversión quieren a WhatsApp por que se ha convertido en una necesidad para la gente. Cualquier empresa querría un servicio así.
Por ello, Facebook pagó 19.000 millones de dólares por no por él sino por sus 450 millones de usuarios.
Pero no son las únicas empresas que ha adquirido la compañía de Mark Zuckerberg. Vamos a echar un vistazo a sus otras adquisiciones.
1) Instagram, 1000 millones de $ (2012)
2) Face.com, 100 millones de $ (2012)
Esta compañía israelí desarrollaba software de
reconocimiento facial, que Facebook está utilizando para reconocer
automáticamente rostros de personas conocidas de cada usuario, en las
fotografías que maneja.
3) Atlas, 100 millones de $ (2013)Una plataforma que descubre gustos e intereses de los usuarios, y los conecta con patrocinadores.
4) Snaptu, 70 millones de $ (2011)
Un app que integra todo tipo de software, independientemente de la plataforma. Se ha usado para adaptar servicios de la app de Facebook a todo tipo de móviles.
5) FriendFeed, 47,5 millones de $ (2009)
Un agregador de feeds donde se agrupan las actualizaciones de tus redes sociales, blogs y otros servicios favoritos.
6) Patentes de Friendster, 40 millones de $ (2010)
Friendster poseía una serie de patentes que fijan las bases de uso de redes sociales, desde la forma de subir contenido, a cómo compartirlo. Con esta compra Facebook se evitó posibles juicios, así como el pago por usar dichas patentes. Y, de paso, cobra si otros las usan.
Y muchas otras, hoy por hoy Snapchat es la que aún se resiste.
El éxito de Snapchat provoca preocupación en Facebook, que
pierde usuarios jóvenes de forma alarmante.Mucho de los padres que dominan Internet, cotillean las
cuentas de Facebook y Twitter de sus hijos por se prefiere una red social que
“no deje rastro” de lo que tú hagas o dejes de hacer.
Hace unos días, saltó la noticia de que Snapchat había rechazado 3.000 millones de dólares para ser absorbida por Facebook. También se cree que Google ha ofrecido 4.000 millones de dólares los cuales han sido rechazados.
Hace unos días, saltó la noticia de que Snapchat había rechazado 3.000 millones de dólares para ser absorbida por Facebook. También se cree que Google ha ofrecido 4.000 millones de dólares los cuales han sido rechazados.
¿Por qué Snapchat no acepta?
Sencillamente, porque piensa que puede sacar más.
Especialmente cuando tienes a dos de las compañías más fuertes y mediáticas del
mundo pujando por ti. Al parecer, el objetivo de Evan Spiegel y compañía es
esperar al año que viene para comenzar las negociaciones.
En fin, caminamos hacia un mundo dominado por las grandes
megas corporaciones, donde los gigantes de Internet manejan millones como si
fueran céntimos mientras el paro bate récords y los trabajadores de a pie
trabajan más horas, ganan menos y se jubilan dos años más tarde.
Julie Gr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario